3. Recuerdo de amnesia
3. Recuerdo de amnesia
Suena un poquito raro, pero tengo un recuerdo vivo del día en el que yo tenía amnesia. Era el año 1960 y mi maestro de la primaria era el Sr. Kick. Recuerdo muy bien la clase.

Permítame divagar un poquito. Yo tocaba la trompeta en aquel entonces y vi un día una sordina en una tienda de música y sabía de inmediato que tenía que tenerla, pero costaba tres dólares y no tenía con qué comprarla. Ahorré por varias semanas. Estaba muriendo de ganas de comprar la sordina y estrenarla. Mi padre que de joven había tocado la trompeta me dijo que tenía una sordina y él recordaba que era más difícil tocarla con la sordina.
Por fin yo tuvé dinero suficiente para comprarla. Yo estaba en el séptimo cielo. Comprobé con felicidad que a pesar de lo que me había dicho mi padre, era fácil tocar la trompeta con la sordina puesta. El tono del instrumento cambiaba mucho al usarla.
En clase siempre tenía mi nueva sordina en el pupitre. Un día el Señor Kick me dijo:
Recientemente fui a un mercadillo. Un hombre vendía una trompeta allí. Dentro del estuche estaba una sordina vieja que reconocí inmediatamente. Casi podría ser la misma que yo compré hace más de cincuenta años. Se me había olvidado la etiqueta negra y los remaches. La compré por cinco dólares.
—¡Si no dejas de jugar con ella, te voy a sordinar a ti!
Un día los alumnos de la clase organizaron una fiesta sorpresa para el Sr. Kick. Le dimos muchos regalos y dijo él que era el día más feliz de toda su vida.
Soy yo el chico a la izquierda tocando la trompeta (sin sordina) en la primaria.
—¡Mire! —él dijo a otro profesor—. ¡Incluso me regalaron un nuevo cinturón!
Divago así para mostrar que no se me ha olvidado nada de esos días salvo una cosita que ahorita le voy a explicar. Aparte de esa cosita, los días para mí son como si hubieran pasado ayer. En efecto, he citado al Sr. Kick palabra por palabra aunque por supuesto tenía que traducir todo al español ya que él hablaba en inglés.
Bueno, es hora de hablar del día en el que tuve amnesia. En ese día teníamos un partido de fútbol en la escuela. Yo iba siguiendo el balón cuando tropecé y me caí. En lugar de patear el balón, un muchacho me dio una patada sin querer en la cabeza.
Desperté sentado en mi pupitre en la clase. No sabía cómo había llegado allí. Sonó el timbre y mis compañeros de clase se levantaron para ir al recreo. Yo dije:
—Tengo dolor de cabeza.
Se rieron los demás. Uno dijo riéndose:
—¡Tommy dice que tiene dolor de cabeza!
Esa noche les dije a mis padres que algo me había pasado, pero yo no podía recordar qué era. Ellos llamaron al Sr. Joseph Spracale que había estado dirigiendo el partido. Me dijeron que el Sr. Spracale les había dicho que sin querer alguien me había pateado en la cabeza y que yo estaba llorando. Yo no podía recordar nada de eso.
Pasaron dos meses y entonces fue cuando empecé a recordar. Me acordé de que me había caído y que alguien me pateó. Nunca recobré la memoria de haber regresado a clase.
Sin embargo recordé las palabras del Sr. Spracale al oír que yo había recibido una patada en la cabeza:
—Bueno— dijo—. Si le pateó en la cabeza, no ha de haberle hecho daño.
1 Hace poco vi al Sr. Spracale cuando mi hermana dio una charla sobre su libro Alligators in the Baby Pool. Entonces él tenía como 85 años. Le recordé lo que me había dicho.“¡Me avergüenzas!” dijo. “¡No, no! ¡De ningún modo!” yo respondí.
3. Memory of Amnesia
a Scrapbook
It sounds a little strange but I have a vivid memory of the day I had amnesia. It was 1960 and my elementary school teacher was Mr. Kick. I remember the class well.
Mr. Kick’s class. I’m on the left holding the sign.
Let me digress a bit. I played the trumpet in those days and one day I saw a mute in a a music store and knew at once that I had to have it, but it cost three dollars and I didn’t have the money to buy it. I saved for a few weeks. I was dying to buy the mute and try it out. My father as a boy had played the trumpet and he told me that he had a mute and remembered that it was harder to play the trumpet with the mute.
At last I had sufficient funds to buy it. I was in seventh heaven. I found happily that despite what my father had told me, it was easy to play the trumpet with the mute in place. The tone of the instrument changed a great deal when using it.
In class I always had my new mute on my desk. One day, Mr. Kick told me: “If you don’t stop playing with that, I’m going to mute you!”
Recently I went to a garage sale. A man was selling a trumpet there. Inside the case was an old mute that I recognized immediately. It practically could have been the same one I bought more than fifty years ago. I had forgotten the black label and the rivets. I bought it for five dollars.
One day the students in the class organized a surprise party for Mr. Kick. We gave him a lot of presents and he said that it was the happiest day of his whole life.
I’m on the left playing the trumpet (without a mute) in elementary school
“Look!” he told another teacher. “They even gave me a new belt!”
I digress that way to show that I haven’t forgotten anything of those days except for one small thing that I will tell you about shortly. Apart from that small thing, those days seem as though they were yesterday. In fact, I’ve quoted Mr. Kick word for word although, of course, I had to translate it all to Spanish since he spoke in English.
All right, it’s time to tell about the day I had amnesia. On that day, we had a soccer game at school. I ran after the ball and tripped and fell. Instead of kicking the ball, a boy accidentally kicked me in the head.
I awoke seated at my desk in class. I didn’t know how I had got there. I heard the bell, and my classmates got up to go to recess. I said:
“I’ve got a headache”
The others laughed. One said laughing:
“Tommy says he has a headache!”
That night I told my parents that something had happened to me but I didn’t
know what it was. They called Mr. Joseph Spracale who had been in charge of the game. They told me that Mr. Spracale had said that someone had accidentally kicked me in the head and that I was crying. I couldn’t remember any part of it.
Two months went by and it was then that I began to remember. I remembered that I had fallen and that someone kicked me. I never recovered the memory of having gone back to class.
However, I did remember Mr. Spracale’s words upon hearing that I had been kicked in the head.
“Well,” he said. “If he kicked him in the head it didn’t hurt him."
Bruce Kick.jpg
Bruce L. Kick of Tempe, Arizona passed away unexpectedly on Monday, Dec. 25, 2006 at his home. He was born on October 15, 1935 to Walter and Margaret Kick of Akron, Ohio. He is survived by his wife of 52 years, Sally Kick, three sons; Bruce D. (Donna Jane), Timothy M. (Donna Grace) and Andrew K. Four grandchildren; Johnny Iannarelli, Ross Iannarelli, Sharon Barney (Dave), and Janet Regis (Mark), and four great grandchildren. He graduated from ASU and taught elementary school for 32 years. Hobbies included antique cars and model trains. We will always remember how Dad loved his frequent visits to the hardware store and made good use of his senior discount card at Dairy Queen. He was a faithful member of his church and a loving husband and father. Memorial Services will be held at 1:00 p.m., Saturday Dec. 30th at Arizona Community Church, 9325 S. Rural Road, Tempe, AZ. Memorial contributions may be given to the Gideon Bible Society or Arizona Community Church. Arrangements entrusted to Tempe Mortuary.