Dear Jennifer,
Your father was a guest in my Tempe High School art class in around 1967. Our teacher was James Randall.
Mr. Randall said, "One day you will all say, 'I met the great William Tull!'"
As I remember, your dad told us a story of how his sons took a trip to Mexico rather against his wishes and he showed us a painting of them with some Mexican art or symbols in the background which he included as a playful reminder of their indiscretion. I remember they were very tan as well from having been on the Mexican beach.
We each got a postcard of red sunflowers on a table. I remember that on the back of the postcard were the words (in part):
"William Tull uses line sincerely and with no effort to achieve the effect of another man's work." At least those are the words I remember. (It's been 47 years.)
I guess I must have given the postcard to my sister to decorate her new house after she lost her other one in Katrina. She tacked the postcard on her wall in Tucson. Unfortunately, a neighbor came by one night while she was out and burned the house to the ground and so the postcard has been lost.
I happened to take a photo of it earlier, and I hope you will be happy to have this digital copy.
Yours,
What a beautiful email ...thank you for sharing this story with me. I miss my dad everyday! Just yesterday I was buying something from a craigslist ad and the man knew my dad, admired his work and even more then that, was influenced by him as the kind man he was. So this postcard you sent the picture of has a story that I would like to share with you..... The original painting was sold from the back of my dad's station wagon in a San Diego, Ca. parking lot. Years later about 2 years before his death my dad called me, I worked for him building his houses, and said that he was on his way to pick me up for lunch at our favorite old town Scottsdale restaurant with an errand to run first. He took me to a gallery where this painting sat waiting for my dad to appraise it for them. They had acquired it and needed to know the value to sell it in their gallery. My dad talked with the gallery owner and then we went left for our lunch date. My dad asked what I thought of the painting and I said it was one of the most beautiful I had seen of his work and that i loved it. He said, "well that's why I bought it for you" ! I have it hanging in my house in Phoenix. I adored my dad ... He died a week before he was to walk me down the aisle to marry the only man he ever approved of me dating. Thank you for reaching out to me... This means so much. Jennifer THIS IS ALSO
CHAPTER NINE OF MY NEW BOOK PARECE
QUE FUERA AYER
9. Carta a la hija del artistaQuerida Jennifer: Tu padre era un invitado en mi clase de arte en mi secundaria en Tempe alrededor de 1968. Nuestro maestro era James Randall. El Señor Randall nos dijo: —Algún día ustedes van a decir, "¡Yo conocí al gran William Tull!" Si mal no me acuerdo, tu padre nos contó una historia sobre un viaje que hicieron sus hijos en contra de sus deseos y nos enseñó un retrato de ellos con arte mexicano y símbolos al fondo que él había pintado como un recordatorio juguetón de su indiscreción. Recuerdo que los jóvenes estaban muy bronceados por haber pasado tiempo en la playa mexicana. Todos recibimos una tarjeta postal con girasoles rojos en una mesa. Recuerdo que en la parte posterior de la postal había algunas palabras imprimidas: William Tull usa líneas sinceramente con ningún intento de lograr el efecto de otro hombre. Por lo menos estas son las palabras que recuerdo. (Han pasado 47 años.) Le habré regalado la tarjeta a mi hermana para decorar su nueva casa después del Katrina, el huracán que destrozó grandes áreas de Nueva Orleans incluyendo su casa. Ella la pegó con tachuelas en la pared en Tucson. Desafortunadamente, un vecino se metió en la casa cuando ella no estaba y provocó un incendio que quemó la casa por completo y por eso la tarjeta se ha perdido. Por fortuna yo había tomado una foto de ella antes, y espero que estés contenta de tener esta copia digital. Atentamente, Tom Cole Querido Thomas: 26 de agosto 2016 Qué email tan bello. Gracias por compartir este cuento conmigo. Echo de menos a mi padre todos los días. Justo ayer yo compraba algo de un anuncio de Craigslist y el vendedor conocía a mi padre, admiraba su trabajo e incluso dijo que mi padre había tenido un impacto en su vida por lo amable que era. Esta tarjeta postal que me enviaste cuenta con una historia que me gustaría compartir contigo. El cuadro original fue vendido del parte trasera del furgón de mi padre en un área de estacionamiento en San Diego, California. Años más tarde, más o menos dos años antes de su muerte, me llamó. Yo trabajaba con él construyendo casas y él me dijo que estaba de camino a llevarme a almorzar en nuestro restaurante favorito en Scottsdale pero él tenía que hacer un recado primero. Me llevó a una galería donde ese cuadro esperaba su valoración. Ellos lo habían adquirido y necesitaban su valor para venderlo en la galería. Mi padre habló con el dueño de la galería y entonces fuimos a almorzar. Mi padre me preguntó que pensaba del cuadro y le dije que era una de las más bellas de sus obras que había visto y que me encantaba. Él respondió: —Bueno, por eso te lo compré. Lo tengo hoy colgado en mi casa en Phoenix. Adoraba a mi padre. El murió una semana antes de acompañarme al altar para casarme con el único hombre que él aprobaba como mi novio. Gracias por contactarme. Esto significa mucho. Jennifer |